Él me mira con ternura. Luego de un momento fija su mirada en el vacío, inspira, corta su respiración y se pone rojo. Empuja. Lo miro inquisidoramente y le digo: «Me avisas cuando termines». Sonríe, mira hacia abajo tomando aire nuevamente mientras se sostiene unos segundos frunciendo el ceño…Finalmente sube su cabeza y me dice: «dag dagga rededa».
Es hora de cambiar el paño
Injustificable
No… no me justifico. Lo sé, llevo mucho tiempo sin escribir y sé que el tiempo es una de las variables, pero esta vez no me puedo escudar en eso. No lo sentía, no sentía las ganas de expresarme por escrito pues era más fácil comer o perderme en facebook o alguna serie, y cuando …